El salvadoreño Mario Guevara: La libertad de prensa en EE.UU. sufre un «retroceso horrible»
San Salvador (EFE).- El periodista salvadoreño Mario Guevara, deportado de Estados Unidos tras su arresto mientras cubría una protesta contra el presidente Donald Trump y que pasó más de 100 días en prisión, dijo en una entrevista con EFE que la libertad de prensa en el país norteamericano ha experimentado un «retroceso horrible».
«Sí ha habido un retroceso horrible. Yo creo que estos últimos 6-9 meses que van, la libertad de prensa ya es una falacia, una mentira», expresó.
Guevara, de 48 años y ganador de un Emmy, fue repatriado a inicios de octubre desde Luisiana después de que un tribunal de apelaciones rechazara un último recurso para evitar su deportación al denegar una solicitud de emergencia para suspender la orden final de remoción que pesaba en su contra.
El periodista, quien pasó más de 100 días recluido desde su detención el 14 de junio y 70 de estos en aislamiento, apuntó que la detención y el proceso migratorio en su contra también es un mensaje por parte de las autoridades contra la prensa latina en Estados Unidos y que habría generado autocensura en la cobertura de temas migratorios.
«Muchos colegas me han llamado y me han dicho que, después de mi arresto, ellos mismos sintieron intimidación y ya no han cubierto nada que tenga que ver con inmigración, de hecho, le han bajado a las coberturas de las cosas que hace ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas), por lo mismo, tienen miedo, aunque algunos (están) con permiso de trabajo y otros con residencia», subrayó Guevara.

Intimidación por parte de autoridades migratorias
Para el fundador del medio digital MGNews «el mensaje funcionó» y, a su juicio, este era: «Si te arrestamos a ti, te deportamos a ti, la prensa latina o la prensa extranjera se va a dar cuenta de que estamos hablando en serio».
El periodista relató que durante los traslados entre centros de detención, algunos agentes le hacían comentarios relacionados con su trabajo, con frases como: “Nos diste dolor de cabeza” o “después de ti ya nadie nos ha estado siguiendo”, en alusión a sus coberturas periodísticas.
Ante esto, respondía que era porque la gente les tenía miedo, pero que él no temía porque era periodista. Uno de los oficiales le contestó: “Pero no eres ciudadano”.
«Básicamente me reprocharon que si no soy ciudadano, la libertad de prensa no vale», dijo Guevara y lamentó que «Estados Unidos siempre se ha jactado de decir libertad y justicia para todos en su oración a la bandera», «pero no, la libertad y justicia ya no es para todos».
Acotó que los inmigrantes «están siendo cazados como una presa y los están persiguiendo, y están pagando un alto precio solo por ser inmigrantes, aunque no cometan delitos».
«Entonces, la libertad y justicia para todos ya no existe, es un mito. Lindo, lindo el mensaje que manda la oración a la bandera, pero ya no se cumple. Entonces, los estadounidenses tienen que darse cuenta de eso, de que están fallando a sus propios ideales, a sus propios principios», sostuvo.

Violación a la primera enmienda
De acuerdo con el comunicador, existe una opinión unánime entre sus abogados, defensores de derechos humanos y organizaciones de periodistas de que con su detención y proceso de deportación hubo una violación a garantías constitucionales.
«Estamos plenamente convencidos de que se violó la primera enmienda de la Constitución que tiene que ver con la libertad de prensa», señaló.
«Subrayó que las autoridades lo detuvieron mientras cubría una protesta, en la que se encontraba debidamente identificado con credencial y chaleco. Añadió que el medio de comunicación lo acreditó legalmente en Georgia como medio informativo en español, por lo que la primera enmienda lo amparaba.»
Sobre su proceso, Guevara explicó que sus abogados trabajan para intentar «revertir el fallo de la deportación» y se considere como «una salida voluntaria, como lo querían al principio y eso me permita regresar a Estados Unidos un poco más rápido».
Recuerdos duros y adaptación a El Salvador
Mario Guevara sostiene que en su detención no sufrió torturas físicas, pero considera que sí tortura psicología.
«No me trataron mal físicamente, nadie me golpeó, no me agredieron, pero emocionalmente fue una tortura», comentó, y recordó que los días de cautiverio tuvo que «sufrir en silencio, llorar, hablar con Dios, leer, escuchar radio».
Logró comprar una pequeña radio que tenía hora y le ayudó a tener noción del tiempo: «Con eso más o menos me mantenía al día con la hora porque la luz permanecía prendida 24 horas al día y si no hubiese tenido hora nunca hubiera sabido si era día o noche».
«Fueron días de mucha tortura donde tuve trastornos nocturnos, me despertaba con ataques de pánico, veía las celdas oscuras todas negras, a pesar que estaba iluminada», relató, y mencionó que ya en El Salvador «a veces me despierto en la noche asustado y pierdo la noción de dónde estoy».
Guevara ha retomado la labor informativa con su medio desde El Salvador y «el plan» es establecerse aquí mientras regresa -espera- a Estados Unidos.
